China presiona a Italia por aranceles a coches eléctricos en Europa
China continúa intensificando su presión sobre los países europeos que apoyan los aranceles a los coches eléctricos importados desde su territorio. Recientemente, el país ha tomado medidas directas para castigar a Italia, un aliado europeo que ha respaldado la imposición de tarifas comerciales a estos vehículos, y ha logrado que Alemania y España reconsideren sus posturas.
Los aranceles europeos para los coches eléctricos chinos
En menos de una semana, la Comisión Europea deberá presentar su propuesta sobre los nuevos aranceles que aplicarán a los coches eléctricos importados desde China. Esta medida surge como una estrategia para proteger la industria automotriz europea de los bajos precios de los vehículos chinos, que son posibles gracias a las subvenciones estatales en China. Los fabricantes europeos han expresado su preocupación por esta competencia desleal, ya que los vehículos chinos son notablemente más baratos de producir en Asia.
A pesar de la fuerte presión de varios sectores industriales en España y Alemania, que inicialmente se mostraron favorables a los aranceles, la protección del mercado europeo sigue siendo una prioridad para la Comisión Europea.
China busca influir en los países europeos
China ha respondido con firmeza, ordenando a fabricantes como Changan y Dongfeng que detengan sus planes de expansión en ciertos países europeos, en un esfuerzo por disuadir a los gobiernos de aplicar estos aranceles. Además, el país ha dejado claro su interés en sancionar a los países que respalden las tarifas comerciales contra los vehículos eléctricos chinos.
Impacto de los aranceles actuales y los cambios posibles
En la actualidad, los coches eléctricos chinos pagan un arancel del 10% al entrar en Europa, pero esta cifra se incrementa con un derecho compensatorio adicional calculado según el nivel de colaboración de cada empresa durante la investigación sobre las ayudas estatales de China. Por ejemplo, BYD debe aplicar un derecho compensatorio del 17.4%, mientras que para SAIC esta cifra alcanza el 37.6%.
Sin embargo, los aranceles podrían elevarse hasta un 35%, lo cual afectaría no solo a las marcas chinas, sino también a las europeas que fabrican en China, como Tesla, Volkswagen, Mercedes y BMW. Esta posible alza representaría un desafío para empresas como Tesla, que actualmente solo aplica un derecho compensatorio del 9%.
La estrategia de expansión de los fabricantes chinos en Europa
Con Europa como el mercado más atractivo para su excedente de producción de vehículos eléctricos, los fabricantes chinos han acelerado sus esfuerzos para establecer instalaciones en el continente o en países con tratados comerciales favorables. BYD ha invertido en Hungría y está considerando Turquía, mientras que Chery ha explorado el mercado español y Dongfeng estaba en negociaciones con el gobierno italiano, aunque Bloomberg informa que esta expansión ha sido suspendida.
El caso de Alemania y España: cómo las presiones chinas han surtido efecto
En el caso de Alemania, el país ha cedido a la presión china debido a la interdependencia económica en diversos sectores, incluida la automotriz. La industria automotriz alemana solicitó al gobierno que se opusiera a los aranceles, lo cual fue atendido, resultando en una votación en contra en el Parlamento Europeo.
Por otro lado, España, que inicialmente apoyaba los aranceles, enfrentó una amenaza de China de levantar barreras comerciales contra las importaciones de cerdo español. Tras una reunión entre Pedro Sánchez y Xi Jinping, Chery anunció el retraso de sus planes en Barcelona y España se abstuvo en la última votación.
Italia, el último país en la mira de China
Actualmente, China tiene a Italia como su próximo objetivo. Dongfeng había iniciado negociaciones para fabricar en Italia, una propuesta que sería bien recibida por el gobierno italiano dado que Stellantis ha reducido su producción en el país. Sin embargo, Changan, que tenía programado un evento en Milán, canceló el acto tras recibir presiones de Beijing.
Esta situación es un ejemplo más de la creciente guerra comercial entre China y Europa, donde ambas regiones buscan posicionarse de la mejor manera en el mercado de coches eléctricos. Europa necesita que los precios de estos vehículos sean asequibles para impulsar la adopción de esta tecnología, mientras que China busca colocar su sobreproducción de forma rentable.