Europa enfrenta un invierno complicado que podría elevar precios energéticos
La Agencia Internacional de la Energía (IEA) advirtió que el próximo invierno podría tener un impacto significativo en los precios energéticos globales, en un contexto de creciente tensión geopolítica. En su informe publicado el 19 de septiembre, la organización destacó que los próximos meses serán especialmente desafiantes, con riesgos que afectan tanto a la seguridad energética de Europa como a los mercados internacionales.
El invierno más desafiante desde el inicio del conflicto en Ucrania
La IEA subrayó que el invierno de este año podría ser el más complicado desde el comienzo de la guerra entre Rusia y Ucrania. Entre los riesgos identificados, se mencionan posibles ciberataques y amenazas físicas a la infraestructura energética, especialmente aquellas que suministran energía a Ucrania. Esto obliga a los países europeos a estar en constante vigilancia y a prepararse para emergencias energéticas.
El informe también señala que este escenario invernal podría generar efectos en los equilibrios del mercado, presionando aún más los precios energéticos a nivel mundial.
El sureste de Europa enfrenta precios de electricidad elevados
Uno de los puntos críticos señalados por la IEA es la situación en el sureste de Europa, donde los precios mayoristas de la electricidad se mantendrán altos en comparación con los niveles anteriores a la invasión rusa. Esto se debe a una dependencia marcada del gas natural para la generación eléctrica en la región.
La combinación de una alta demanda energética, capacidad de transporte limitada, clima cálido y baja producción hidroeléctrica ha generado una presión adicional sobre los mercados de gas. Estas condiciones han causado disparidades de precios entre el sureste de Europa y el resto del continente, evidenciando un sistema energético fragmentado.
Desconexión de las redes eléctricas bálticas de Rusia-Bielorrusia genera incertidumbre
Otro factor que genera incertidumbre en la estabilidad energética de Europa es la desconexión planificada de las redes eléctricas de los países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) de Rusia y Bielorrusia, prevista para febrero de 2025. Aunque este proceso es necesario para reducir la dependencia energética de la región respecto a Rusia, la IEA advierte que conlleva riesgos importantes.
Si bien los operadores de los sistemas de transmisión han avanzado en la instalación del equipo necesario para operar de manera independiente, la falta de redundancia en las interconexiones plantea una vulnerabilidad considerable. Hasta que se completen las mejoras de infraestructura, previstas para el año 2030, la única conexión eléctrica de los países bálticos con el resto de Europa será a través de Polonia, lo que los deja expuestos a posibles interrupciones.
Sincronización con Europa continental: un paso clave, pero con desafíos
La IEA explicó que la sincronización de las redes eléctricas bálticas con Europa continental es un paso esencial para desvincularse de la dependencia energética rusa. Sin embargo, el proceso no estará exento de complicaciones. La demora en los refuerzos de las interconexiones y las actualizaciones de los sistemas informáticos podría comprometer la estabilidad energética de la región.
Por el momento, Estonia, Letonia y Lituania deberán depender de importaciones de energía provenientes de Polonia, Suecia y Finlandia hasta que las mejoras en su infraestructura estén completas. Esto, según la IEA, representa un riesgo para la seguridad energética en los próximos años.
En resumen, el próximo invierno podría ser un punto crítico para los precios de la energía en Europa y el resto del mundo, debido a la combinación de la inestabilidad geopolítica, la vulnerabilidad de las infraestructuras y los desafíos en las interconexiones energéticas