Donald Trump: Promesas de medicamentos baratos vs. aranceles que suben precios
Durante la reciente campaña presidencial, Donald Trump reiteró su compromiso de reducir los precios de los medicamentos, hasta el punto de atribuirse erróneamente el mérito de una política que en realidad implementó la administración de Joe Biden: la limitación en el precio de la insulina. Sin embargo, este mismo plan para reducir costos podría verse contradicho por su propuesta de imponer aranceles a las importaciones, los cuales afectarían de forma directa el precio final de los medicamentos. Esta contradicción plantea dudas sobre el futuro de los precios en la industria farmacéutica y sus implicaciones para los consumidores.
Aranceles universales y su impacto en los medicamentos importados
Trump ha propuesto un sistema de aranceles universales que incluye un incremento del 10% al 20% en las importaciones provenientes de la mayoría de los países, y aranceles más elevados para productos de China (mínimo 60%) y México (entre 25% y 100%). Esto significa que productos farmacéuticos críticos, desde medicamentos para enfermedades cardíacas y cáncer hasta analgésicos y antibióticos comunes, se verán impactados por estos aumentos de impuestos, elevando sus precios en el mercado estadounidense.
Históricamente, los medicamentos habían sido excluidos de estas políticas arancelarias, pero en esta ocasión el plan arancelario de Trump afectará a prácticamente todos los productos importados, incluidos aquellos que forman parte de la cadena de suministro de la industria farmacéutica. Según el Atlantic Council, Estados Unidos importa de China medicamentos por un valor de 10,200 millones de dólares anuales, lo que implica que estos aranceles afectarían la asequibilidad de los medicamentos para millones de pacientes en el país.
Dependencia de las cadenas de suministro globales en la fabricación de medicamentos
Incluso los fabricantes estadounidenses de medicamentos dependen en gran medida de las cadenas de suministro globales para adquirir los ingredientes necesarios, especialmente los ingredientes farmacéuticos activos (API). De hecho, un estimado del 72% de los API en el mercado estadounidense son fabricados en el extranjero, con aproximadamente un 13% proveniente de China. Además, gran parte de las materias primas para estos API se producen en China, lo cual hace que cualquier cambio en los aranceles afecte directamente el suministro de medicamentos.
Según Mariana Socal, profesora de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de Johns Hopkins, redirigir la producción de medicamentos a nuevas ubicaciones no es una tarea sencilla. La transferencia de una planta de producción a otra requiere inspecciones y aprobaciones de la FDA, lo cual toma tiempo y esfuerzo. Este retraso podría resultar en un aumento de los precios a corto plazo, ya que encontrar alternativas de suministro no es algo que pueda hacerse de la noche a la mañana.
Opciones de suministro y posibles cambios hacia otros mercados
Ante un aumento de los aranceles en China, es probable que la producción de medicamentos se desplace a otros países con aranceles más bajos, como India, en lugar de regresar a Estados Unidos, donde los costos de producción son considerablemente mayores. Los programas de estímulo, como la Ley CHIPS, han sido fundamentales para impulsar la fabricación en Estados Unidos en otros sectores, pero en la industria farmacéutica, establecer una infraestructura local competitiva sería extremadamente costoso.
Socal destaca que actualmente Estados Unidos no cuenta con la capacidad suficiente para producir medicamentos y API a gran escala. Para construir esa infraestructura, se requeriría una inversión significativa que, a la larga, se recuperaría a través de precios más altos. Además, para algunos productos, pagar los aranceles sigue siendo una alternativa más económica en comparación con trasladar la producción al país.
Consecuencias en la innovación y el desarrollo de nuevas terapias
La industria farmacéutica también se enfrenta a un impacto en la investigación y desarrollo (I+D) de nuevas terapias. El aumento en los costos de los insumos y componentes importados significa que las empresas farmacéuticas tendrían menos recursos para invertir en proyectos de investigación arriesgados o en el desarrollo de terapias innovadoras. En palabras de Dave Latshaw, director ejecutivo de la empresa de desarrollo de medicamentos BioPhy, “estos aranceles aumentarán significativamente los costos para las empresas, lo cual hace que los programas más especulativos sean aún menos atractivos”.
Aumento de la inflación y su relación con las políticas arancelarias
Si los aranceles propuestos generan una presión inflacionaria, es probable que la Reserva Federal se vea obligada a aumentar las tasas de interés, lo cual impacta negativamente a la industria farmacéutica. Según un informe de JP Morgan, las subidas de tasas de interés durante la administración de Biden ya afectaron la inversión en biotecnología, una tendencia que se esperaba recuperar hacia finales de este año. Con nuevas políticas arancelarias, esta recuperación podría verse afectada nuevamente.
Empresas estadounidenses y el costo de producción nacional
A pesar de los desafíos que los aranceles representan para la industria, algunos fabricantes estadounidenses, como WR Grace, ya han comenzado a prepararse para un escenario en el que los aranceles impacten los costos de producción. La empresa aumentó su capacidad para producir API en Michigan, lo cual podría darles una ventaja competitiva en el nuevo panorama arancelario. Sin embargo, esto no significa que los precios de los medicamentos bajarán; por el contrario, los costos de producción siguen siendo altos, y esta expansión no aliviará el impacto en los precios para el consumidor final.