Sam Altman: la IA no resolverá todos los problemas de la humanidad

Sam Altman: la IA no resolverá todos los problemas de la humanidad

Sam Altman, CEO de OpenAI, ha reiterado en numerosas ocasiones que la inteligencia artificial (IA) transformará la vida humana de forma abrumadora y positiva. Según él, la IA nos llevará a una nueva era de prosperidad compartida, en la que resolveremos grandes problemas como el cambio climático o incluso la creación de colonias espaciales. Sin embargo, no todos están convencidos de que la IA sea la solución definitiva para los desafíos de la humanidad.

La era de la inteligencia, según Sam Altman

En su reciente entrada de blog titulada «La Era de la Inteligencia», Altman afirma que la inteligencia artificial puede traer una abundancia inimaginable, mejorando la calidad de vida de todos de manera gradual. Predice que la IA permitirá resolver grandes problemas como la crisis climática y las limitaciones de la ciencia actual, creando un futuro en el que todos vivan mejor que en el presente.

Altman defiende que los avances en IA, especialmente en los modelos de lenguaje grandes (LLM, por sus siglas en inglés), como los desarrollados por OpenAI, están demostrando su capacidad para resolver problemas complejos. Se burla de los críticos que argumentan que los LLM solo predicen el «siguiente token» sin entender verdaderamente, sugiriendo que su utilidad es mucho más profunda.

La IA no resolverá todos los problemas de la humanidad

A pesar de su entusiasmo, Altman parece pasar por alto una realidad fundamental: la IA, por sí sola, no solucionará todos los problemas que enfrentamos como especie. Aunque la tecnología ha mejorado nuestras vidas en muchos aspectos (aire acondicionado, televisores gigantes, iPhones, etc.), no ha erradicado problemas sociales como la pobreza extrema o la falta de vivienda.

Tal como lo señaló el escritor William Gibson, el «futuro ya está aquí, solo que no está distribuido uniformemente». La tecnología por sí misma no puede resolver las desigualdades sociales; esto depende de la capacidad humana para aplicar soluciones de manera equitativa.

El impacto en el empleo y la renta básica universal

Uno de los aspectos más discutidos es el impacto de la IA en el empleo. Altman no ha sido muy específico sobre qué sucederá cuando trabajos tradicionales sean automatizados. Sugiere que la renta básica universal podría amortiguar el golpe de la pérdida de empleo, ya que la IA generará la riqueza necesaria para sostener dicho plan. Sin embargo, es incierto si quienes controlan la riqueza estarán dispuestos a compartirla para implementar esta medida a gran escala.

En un contexto en el que una parte de la sociedad ni siquiera apoya el seguro médico público, la idea de una renta básica universal parece lejana. Es difícil imaginar un escenario en el que los más ricos, incluidos aquellos beneficiados por la IA, voluntariamente financien una solución para el bienestar general.

¿Es realista esperar que la IA resuelva todo?

Aun si aceptamos que la inteligencia artificial pudiera resolver los mayores problemas de la humanidad, sigue siendo necesario que los seres humanos implementen esas soluciones. Y ahí es donde históricamente hemos fracasado. Por ejemplo, ya sabemos cómo mitigar el cambio climático, pero seguimos aumentando nuestro consumo de energía.

Incluso si la IA desarrollara una cura para el COVID-19, es probable que parte de la población la rechazara, considerándola un complot insidioso. De igual manera, el hecho de que una IA pudiera diseñar plantas de fusión limpias no garantiza que las grandes corporaciones, como Exxon o OPEP, no encuentren formas de bloquear su implementación.

Altman y el futuro de OpenAI

Los propios retos dentro de OpenAI reflejan la incertidumbre que rodea al futuro de la IA. Esta semana, varios empleados clave, incluida la CTO Mira Murati, abandonaron la empresa. Estos movimientos sugieren que incluso dentro de las compañías que están a la vanguardia de la inteligencia artificial, hay tensiones internas y desafíos que no pueden ser ignorados.

Además, la posible conversión de OpenAI en una empresa con fines de lucro podría alterar su misión original de crear inteligencia artificial en beneficio de toda la humanidad. Altman y sus cofundadores temían que, bajo un modelo comercial, una empresa priorizara las ganancias sobre el bienestar social, similar a lo que ocurre con las gigantes del petróleo.

La humanidad, el verdadero desafío

En última instancia, el problema que la IA no puede resolver es la naturaleza humana. Aunque la IA tiene el potencial de mejorar nuestra vida, la historia nos muestra que los «buenos» a menudo pierden frente a las poderosas fuerzas que generan desigualdad y miseria. La idea de Altman de un futuro brillante puede ser un deseo sincero, pero la realidad sugiere que será mucho más complicado.

Sam Altman podría beneficiarse de leer a filósofos como Voltaire, cuyos personajes advertían sobre un optimismo ciego. Porque, al final, la IA puede ayudar a enfrentar grandes retos, pero dependerá de la humanidad hacer un uso responsable y equitativo de esta poderosa herramienta.

En resumen, la inteligencia artificial promete mucho, pero es crucial no perder de vista la complejidad de los problemas humanos. La tecnología por sí sola no garantiza un futuro utópico, y debemos estar preparados para enfrentar los desafíos que surjan en el camino.

Valentina Rodríguez

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *