Violencia en Sinaloa: Ejército dice que paz depende de los criminales
Sinaloa, uno de los estados más afectados por la violencia vinculada al narcotráfico, enfrenta una escalada de enfrentamientos entre grupos delictivos. Según el Ejército mexicano, la disminución de la violencia en la ciudad de Culiacán, capital del estado, depende directamente de que los grupos criminales involucrados en los conflictos dejen las armas y detengan las agresiones.
Enfrentamientos entre facciones del Cártel de Sinaloa agravan la situación
Desde el 9 de septiembre de 2024, Culiacán ha sido escenario de una ola de violencia desencadenada por la disputa territorial entre dos facciones del Cártel de Sinaloa (CDS): los seguidores de Joaquín ‘el Chapo’ Guzmán y los de Ismael ‘el Mayo’ Zambada. Estos conflictos, que han cobrado al menos 38 vidas y causado alrededor de 30 desapariciones forzadas, han sembrado el terror en la población.
El comandante de la Tercera Región Militar, Jesús Leana Ojeda, informó que el restablecimiento del orden no depende únicamente de las Fuerzas Armadas, sino que requiere que los grupos criminales en conflicto cesen sus enfrentamientos. «Esperamos que la violencia disminuya lo más rápido posible, pero no depende de nosotros. Depende de los grupos antagónicos que dejen de confrontarse y permitan que la población viva en paz», comentó Leana Ojeda en una rueda de prensa junto con el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya.
Incremento de violencia tras la captura de líderes del CDS
La violencia en Sinaloa ha aumentado desde la captura de Ismael ‘el Mayo’ Zambada y Joaquín Guzmán López, quienes fueron detenidos y extraditados a Estados Unidos. El presidente Andrés Manuel López Obrador confirmó que esta captura ha contribuido al incremento de los enfrentamientos entre las facciones criminales en disputa por el control territorial.
Aunque el presidente afirmó que “hasta ahora no ha habido muchos homicidios” tras la captura, los hechos de violencia recientes contradicen esta percepción. El Cártel de Sinaloa, originado en la ciudad de Culiacán, ha sido uno de los más poderosos de México, y los conflictos internos por el control de la organización han dejado un rastro de muerte y temor.
Seguridad en Sinaloa: Presencia militar y más agentes solicitados
Ante esta grave situación, el gobernador Rocha Moya solicitó refuerzos federales para aumentar la presencia militar en el estado y así contener la escalada de violencia. Hasta la fecha, más de 3,000 efectivos del Ejército, la Guardia Nacional y la Fuerza Aérea se han desplegado en la región para tratar de estabilizar la situación.
Sin embargo, el comandante Leana Ojeda reiteró que, aunque la presencia militar es constante, la seguridad depende en gran medida de que los grupos delincuenciales decidan cesar sus agresiones. «Nosotros estamos aquí para evitar que se sigan enfrentando y para proteger a la población. Pero la violencia no parará hasta que ellos mismos detengan sus enfrentamientos», aseguró el comandante.
Consecuencias de la violencia: Suspensión de actividades y cancelación de eventos patrios
La violencia en Culiacán ha generado un clima de psicosis entre la población, obligando a las autoridades locales a suspender actividades públicas. Las escuelas en la capital y municipios cercanos han cancelado clases, muchos negocios han cerrado sus puertas, y las familias se resguardan en sus casas para protegerse.
Debido a la situación, el Gobierno de Sinaloa decidió cancelar los festejos del Día de la Independencia, que tradicionalmente se celebran el 15 de septiembre, para evitar riesgos mayores a la población en eventos masivos.
El Ejército reafirma su compromiso, pero la solución depende de los criminales
El comandante de la Tercera Región Militar confirmó que la operación militar en Sinaloa está en marcha y que los resultados han sido positivos en términos de contener los enfrentamientos. Aseguró que el Ejército y la Guardia Nacional continuarán presentes en la región hasta que se logre la estabilidad.
No obstante, hizo énfasis en que la paz en Sinaloa no podrá restablecerse hasta que los grupos criminales decidan poner fin a sus disputas. Mientras tanto, el gobierno y las fuerzas de seguridad seguirán trabajando para proteger a la ciudadanía y evitar más pérdidas humanas.
En resumen, la situación en Sinaloa sigue siendo crítica, y la solución parece depender más de las decisiones de los grupos criminales que de las acciones de las fuerzas de seguridad.