Virus Nipah: Desafío Global de Salud
El virus Nipah, una enfermedad infecciosa emergente, ha estado en el centro de atención desde su descubrimiento en cerdos domésticos en Malasia y Singapur en 1998 y 1999. Aunque inicialmente se confundió con la encefalitis japonesa, pronto se aisló e identificó este virus como una amenaza tanto para los animales como para los seres humanos.
La enfermedad, causada por un virus ARN de la familia Paramyxoviridae, género Henipavirus, tiene como reservorio natural a los murciélagos frugívoros, también conocidos como «zorros voladores». Estos murciélagos pueden portar el virus en su orina, heces, saliva y fluidos durante el parto, y su interacción con la deforestación y las explotaciones porcinas aumenta el riesgo de exposición de los cerdos al virus.
Los brotes iniciales en Malasia y Singapur en 1998-1999 resultaron en la destrucción de más de un millón de cerdos para controlar la enfermedad, lo que tuvo devastadores efectos económicos y sociales. Desde entonces, se han registrado casos humanos en Bangladesh e India, sin relación aparente con brotes en animales domésticos.
La transmisión a los humanos ocurre principalmente por contacto directo con las excreciones o secreciones de cerdos infectados, pero en Bangladesh se ha observado la posible transmisión desde murciélagos a humanos por la ingestión de savia cruda de palmeras contaminadas o al trepar a árboles cubiertos de excremento de murciélago.
La enfermedad humana se manifiesta como un síndrome encefalítico con fiebre, dolor de cabeza, confusión mental y, en casos graves, coma. La mortalidad puede ser alta, alcanzando el 50% durante el brote en Malasia. No existe un tratamiento específico, por lo que se brindan cuidados de apoyo al paciente.
Para prevenir la propagación, se enfatiza en la eliminación inmediata de cerdos infectados, desinfección de áreas contaminadas y mejoras en las prácticas de bioseguridad en la producción porcina. La investigación de vacunas está en curso en Australia y Francia.
El virus Nipah ha afectado a cerdos en Malasia, Singapur, India y Bangladesh, y se han detectado pruebas de la enfermedad en murciélagos frugívoros en Camboya, Tailandia y Madagascar.
Esta enfermedad emergente plantea desafíos significativos para la salud global y subraya la importancia de la vigilancia y las medidas de prevención para proteger tanto a los animales como a los seres humanos.